Tu boca en cuerda floja…

Tu voz me sume, me consume y me desborda cuando escucho que si gimes no controlas, tu voz de alondra cantautora y caprichosa. Tu voz melódica me aprisiona aquí en mi alcoba. Y yo la convierto en aromas que te invocan, como incienso en estas letras y como Musa en muchas otras. Como estos versos en prosa inspirados en el sonido de tu boca en cuerda floja…
 
Tu voz que al hablar me implora como Diosa de las notas cadenciosas de la luna. Que despierta mariposas que se duermen suspirando sobre corolas de amapolas, esperando algún milagro vuelto fruto de sus glorias. Tu voz de inmensa finura, que se ondula como espuma sobre estrofas en mis historias de otrora… Que la describen gustosa escuchándote decir que en ellas vives. Antológica y llena de delirios oníricos, sublime y temblorosa como una Ninfa que pide que un cuadro le pinten. Y que luego lo miren con ojos de quien tiene, para que admiren la pincelada que captó la línea en puente de su inerte efigie en Cruz viviente. Su momento de esplendor en Sol Mayor y Mi que incite a que la miren diferente.
 
De cielo y nubes, de lluvia y serenata, de balcón y madrugadas; como de costumbre cuando el amor ve las luces y se descubre en las pieles de quienes lo sienten…
 
Tu voz de alondra cantora y cariñosa que me aloca las neuronas, que me acaricia los oídos en las brumas con sus notas melodiosas. Con sus registros furtivos, con tus desnudos bonitos. Con tu negro en rojo vivo y tu como soprano en un concierto en tu convento; en la cuerda floja de tu limbo suculento y pasajero… Con tu boca en pentagrama vuelta prosa, gimiendo oronda con tu camisa ya rota; gritando un yo te amo y es eterno, como el universo donde anduve y que a tus brazos morenos me trajeron. Porque no quiero otros besos, ni otro cuerpo, ni otros dedos; que los tuyos mi poeta predilecto. Mi mago azul y mi hacedor de sueños como estos; como todos mis recuerdos más discretos… Como casi todos los recuerdos que tengo desde que recuerdo que vivo.
 
¡Donde con voz me conviertes en presente de tus versos!
 
Mi voz desinhibida en ruda escena y en juguete, despeinada, desbordada, en plena forma y en presente; y tú a tus anchas vuelto eje por el que mis caderas rotan; y mis historias viven todas sin demoras, lo que mis deseos tienen que es quererte. Todas mis historias cósmicas escapados tu y yo a solas. Con el volumen imberbe de mis curvas que controlas si me tocas; y coronándome virtuosa como Venus de la Flora, como la más bella estrofa de tu obra prodigiosa. Como labios al poniente después de un beso a la aurora, después de horas y horas de este amor que me enmudece.
 
Escucho tu voz que implora que te ame como quieres, tu tierna voz que te orna.
 
Voz de Afrodita en persona, con tu camisa ya rota y agitando tu desnuda mariposa; con tus alas que me rosan temblorosa. Con tus manos que me tocan cariñosas y me erizan la corola. Tu coronada en la sima de tus formas voluptuosas y ninfómanas, te sientes otra, te sientes todas a esta hora… Te sientes tu y te vas conmigo al infinito del delirio envuelto en pompas, gélido y tibio. Y te bañas en un lago azul de peces que te aplauden con sus colas; y luego se sientan sobre las olas a escuchar los cantos tenues de tu dulce voz melódica. Lo finos cantos de Auroras locas que tu entonas, cuando con voz redentora se despierta tu Sirena Nórdica, habladora y pecadora como hay pocas.   
 
Con tu voz de alondra cantora y caprichosa, con tu voz de hembra que horna a cuenta gotas mis retoricas. Con tu boca en pentagrama y vuelta notas que se entonan, gimiendo oronda y con tu camisa ya rota, llega el coma a tu memoria. Con la sombra de tus labios por mis prosas, con tus gritos de Señora; tú inundas mi alcoba y le das voz a mis historias. Y yo te inmortalizo en esta prosa, enamorada, como no hay otras que lo digan en voz alta…
 
El espectro del sonido de tu voz inunda la inmensa soledad de este presente, que te entiende claramente decir tenme; como me lo pediste otras veces.

Pic. Diana K Kuoy b y Ariel Arias. 

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